ENTREVISTA PARA LA REVISTA SHANGAY EXPRESS

Madrid, nº 184, 25 de marzo de 2002

 

Por Luis Cremades

 

Foto: Paco Peregrín

 

 

Pedro Menchén

Aventuras del amor

 

Once de la mañana. Cita a ciegas en el Mama Inés. No me había dicho que llevaría gorra de béisbol, así que necesito unos segundos para reconocerle. Pedro Menchén acaba de publicar Te espero en Casablanca, la segunda novela de una trilogía sobre amores oscuros. Ha pasado la noche en autobús desde Benidorm para acudir a la presentación de su libro. Y aún encuentra tiempo para conversar relajado, con un té chino* y una copa de brandy nacional...

 

Shangay Express: ¿Vivir en Benidorm es obligación o devoción?

Pedro Menchén: Me fui por gusto. La mayor parte de los escritores eligen Madrid o Barcelona. Yo preferí la bohemia del Benidorm de los 70. Quería ser escritor y pensé: la cultura está en los libros, en Benidorm estaré tranquilo, leeré lo que quiera y escribiré lo que me apetezca. Fui un verano a trabajar con idea de regresar para seguir estudiando... y el segundo verano fue definitivo, decidí quedarme. De eso hace más de veinte años; entonces era adolescente y ahora soy un tipo maduro y calvo.

 

S.E: Y allí empezaste a escribir...

P.M: Me sucedía una cosa curiosa: los primeros años no podía escribir. Tenía que venir a Madrid y en invierno, con el frío, en mi habitación y con los cuidados de mi madre... La locura de la bohemia no me permitía escribir. Podía leer, pero no escribir. Ahora lo he superado y puedo escribir en cualquier parte, normalmente en Benidorm.

 

S.E: ¿Qué comentarios has recibido de tu novela?

P.M: E-mails que envían los lectores y que son positivos. Ha salido alguna crítica pero no la he leído. En general dicen que está bien reflejado el mundo del turismo sexual en Marruecos; hay quien tiene amigos marroquíes y dice que describo bien su psicología. Hice un viaje breve, quince días, y después dos o tres más para documentarme (y divertirme también...), pero no soy un especialista. Sin embargo, la gente que ha leído el libro dice que resulta real, nada artificioso.

 

S.E: El dependiente de A Different Life habla maravillas de la novela: una historia real contada con estilo ágil... aunque a veces uno siente recelo de que sea un libro “gay”.

P.M: Casi todos plantean el problema de lo gay. Y yo no lo trato. Escribo simplemente situaciones donde se implican personajes gays. Pero no se cuestiona su manera de ser, ni se habla de sus traumas por el hecho de ser gays. Yo nunca he salido del armario. Siempre he sido así y me han tratado bien. Afortunadamente no he sufrido humillaciones ni ese tipo de cosas.

 

S.E: Se habla de tu novela como un libro de viajes, aunque puede tener una lectura moral.

P.M: No he querido hacer un libro de viajes, con estampas de camellos y oasis, sino contar una historia de sentimientos, donde hay un contraste entre dos maneras de querer. Uno de los personajes va buscando al chico de sus sueños y cree que lo encuentra en Marruecos. Es un idealista que ha salido poco: ha vivido siempre con un amigo y el hogar es su mundo. El otro es un tipo corriente de la vida gay, más espabilado. Son puntos de vista antagónicos, aunque habituales. Es un libro de contraste de visiones sobre el amor... También he intentado fijar el punto de vista de los marroquíes, en la segunda parte, donde se refleja la visión que pueden tener de España.

 

S.E: Esta novela pertenece a una trilogía...

P.M: ...sobre el amor oscuro. La diferencia no está en los paisajes sino en la manera de ver el amor. En la primera parte, Una playa muy lejana, se plantea el amor a la persona equivocada. No quisiera decir la tesis de esta segunda porque sería romper el hechizo, pero de alguna forma trata del triunfo del amor... aunque no sea el amor que uno espera.

 

S.E: Triunfo después de una noche oscura...

P.M: Claro: no es un camino de rosas, sino lleno de dificultades y con un final que el protagonista no esperaba; si no, hubiera escrito una novela rosa. Y tengo preparada la tercera entrega: sobre dos personas que viven juntas y se aman sin saberlo, viven la rutina del amor durante años sin darse cuenta de la vida maravillosa que llevan. Aunque habrá una historia paralela con juegos de seducción, una historia de “amistades peligrosas”.

 

S.E: ¿Y cuánto falta?

P.M: No sé cuánto tardaré. Varios años. Esta vez tendré que sacármela de la manga porque no he vivido la rutina del amor.

 

S.E: ¿Lo dices con satisfacción o con nostalgia?

P.M: Me hubiera encantado vivirla. He tenido que implicarme en aventuras constantemente porque el amor se acaba... El otro día en la radio hablaba una señora que había vivido cincuenta años de felicidad con su marido, le habían detectado cáncer... Yo ya no pienso en cincuenta años: con diez o quince me conformaba.

 

S.E: Pensaba que en Benidorm sería fácil vivir esa “rutina del amor”...

P.M: Ha cambiado mucho... Antes de cerrar la trilogía quiero terminar un libro, Balada para un delincuente, que retrata aquella época de finales de los 70 en Benidorm, los chicos que llegaban a buscarse la vida... Era un sitio exótico, no había comunicación directa con Madrid, un lugar romántico al que se llegaba en un autobús destartalado desde Alicante donde sólo faltaba que los españoles llevaran sus gallinas... Una vez llevé a un amigo que creía que era una isla en los mares del Sur... Ahora se ha vuelto aburrido y vulgar, muy urbano...

 

S.E: ¿Qué lecturas te han impactado más en estos años?

P.M: Adoro la literatura norteamericana, especialmente la generación perdida: Carson McCullers, Hemingway, Jack London... y también a los rusos del XIX. Respeto el “boom” sudamericano. La literatura española no me seduce demasiado, el estado del bienestar adormece los sentidos. Para escribir hay que ensuciarse de realidad. Los norteamericanos no son gente pedante, trabajan en cualquier cosa... En Europa los escritores son gente cuidada, atildada, no se ensucian tanto. Me gustan los escritores puros que han vivido experiencias emocionantes.

 

S.E: También en tu caso hay esa mezcla de escritor y aventurero...

P.M: Aunque sea idealista, me implico con las cosas que pasan, me gusta ensuciarme con la realidad. Tengo miedo de que me vaya bien en literatura y que me aparte del mundo callejero y sucio para llevar una vida cómoda y agradable.

 

Te espero en Casablanca de Pedro Menchén está editada en la colección Inconfesables de Odisea Editorial.

 

* El té no era chino, sino inglés (N. de P.M.)

 

 

[En el nº 185 de Shangay del 8 – 21 de abril de 2002, apareció la siguiente Carta al Director de Pedro Menchén, a la que seguía una breve “Nota de redacción”]:

 

PEDRO MENCHÉN Y EL ARMARIO

 

Me he llevado una sorpresa al leer en la entrevista que se me hace en el último número de Shangay Express (nº 184, del 25 de marzo al 7 de abril de 2002) la afirmación, puesta en mi boca, de que “nunca he salido del armario”. Yo lo que dije fue precisamente lo contrario: que nunca he estado en el armario. Entiendo que estas cosas pasen, más aún en las circunstancias en que se me hizo la entrevista, sin tiempo casi, a punto de cerrar la edición. No obstante, te agradecería que publicaras en la sección de cartas esta aclaración para conocimiento de los lectores. Es posible que haya personas a las que les horrorice salir del armario, pero a mí precisamente lo que me horrorizaría es entrar en él. Toda mi familia, mis amigos, mis vecinos y mis compañeros de trabajo saben cómo soy. Nunca he pretendido ocultar nada, de modo que dicha afirmación puede ofrecer ahora un retrato un tanto incoherente de mi persona, ya que es imposible escribir una novela gay, hablar de asuntos gays sin inhibiciones y encima afirmar que sigo estando en el armario...

Pedro Menchén

 

Nota de redacción: creíamos que quedaba claro que cuando dices “nunca he salido del armario” es porque nunca has estado en él. De todos modos, gracias por aclararlo, por si alguien tuviera alguna duda al respecto.