ENTREVISTA PARA EL REPORTAJE "DESTINO: TURISMO SEXUAL"
Universidad Carlos III, Madrid
Mayo, 2012

Por Jesús Sánchez

Pedro Menchén es un escritor castellano-manchego de 59 años que vive en Benidorm. Ha escrito 6 novelas y ha colaborado en otras dos. En uno de sus libros, Te espero en Casablanca (Odisea Editorial, 2001), que forma parte de su Trilogía del amor oscuro, describió el turismo sexual en Marruecos. La religión es la principal seña de identidad del país norteafricano, donde el 98 % de la población es islamista (suníes). A pesar de las lógicas restricciones religiosas, Marruecos es también una de las mecas del turismo sexual gay. Él es homosexual. Viajó varias veces al país marroquí e incluso reconoce haber realizado turismo sexual una vez. Lo hizo con un joven marroquí de 20 años. Por lo tanto, observó de cerca las causas de la práctica turístico-sexual del colectivo homosexual en la zona. Es un buen conocedor de la cruda realidad que se vive en nuestro país vecino y ha querido aclararnos un poco el panorama de uno de los principales fotos del turismo sexual masculino-masculino en todo el mundo. Desmitifica pensamientos occidentales en torno a la prostitución y expone cómo la mayoría de los marroquíes “lo que buscan es que te enamores de ellos y los lleves a tu país”.


PREGUNTA: ¿Qué crees que lleva a los turistas sexuales a viajar a Marruecos?

Pedro Menchén:
Bueno, Marruecos, tradicionalmente ha sido considerado desde hace muchos años una especie de paraíso sexual para homosexuales. Juan Goytisolo se estableció allí (en Marrakech), a mediados del siglo pasado, por ese motivo. Paul Bowles también, muchos años antes que él. A Marruecos fueron en busca de aventuras sexuales Oscar Wilde, Joe Orton, Tennessee Williams, Truman Capote, André Gide y tantos otros. Por lo que sea, muchos chicos allí están predispuestos a las relaciones sexuales con otros hombres. Cuando viajas allí, no hace falta siquiera buscar chicos que quieran acostarse contigo, ya que ellos mismos se te insinúan cuando descubren que eres homosexual. Esto es lo que yo percibí en Tánger, Marrakech, Fez y Rabat. Aunque no ocurre lo mismo en Beni Mellal y otros lugares del interior, alejados del circuito turístico.

PREGUNTA: Reconociste en una entrevista en la Revista Odisea que habías vivido el turismo sexual en tus carnes a través de un amigo, ¿Cómo describes la experiencia?

P.M.: Sería difícil y largo de explicar. Por eso, os recomiendo que leáis mi libro Te espero en Casablanca, donde describo muy detalladamente cómo funciona el turismo sexual en Marruecos.

PREGUNTA: Crees que desde la época en que estuviste por Marruecos y te inspiraste para tu novela, ¿ha aumentado el éxito de este tipo de conductas en esa zona?

P.M.: No, por lo que me cuentan algunos amigos que viven allí o que viajan allí a menudo, está disminuyendo, según sube el nivel de vida en Marruecos. Evidentemente, los chicos que se prostituyen son pobres y lo hacen por necesidad. Aunque creo que disfrutan también con lo que hacen.

PREGUNTA: ¿Cómo un lugar donde la homosexualidad y el sexo en general es un tema tabú, puede llegar a convertirse en uno de los paraísos del turismo sexual gay?

P.M: Es muy curioso eso. Buena pregunta. La verdad es que en Marruecos no se habla sobre homosexualidad (es, como bien dices, un tema tabú), pero se practica mucho la homosexualidad, incluso entre los propios marroquíes, tal como cuentan los escritores gays marroquíes Rachid O. y Abdelá Taia en sus libros. Creo que a nivel privado hay una gran tolerancia hacia el tema gay, siempre y cuando no se hable de ello.

PREGUNTA: Tú que te has atrevido a tratar un tema tan delicado como es el turismo sexual, ¿qué opinión tienes en torno al tratamiento informativo y social que se le da a este fenómeno, que cada vez más está a la orden del día?

P.M.: La verdad es que desconozco el tema. En realidad yo no soy turista sexual. Aparte de aquel viaje a Marruecos (donde sólo tuve una experiencia con un chico de 20 años), nunca más he ido a ningún otro país buscando aventuras sexuales. Y, por supuesto, condeno la corrupción de menores y ese tipo de cosas.

PREGUNTA: ¿Son las desdichas y la pobreza las principales causas para dedicarse a esta actividad? ¿Es voluntaria o estas personas suelen estar ligadas a otros que mandan sobre ellos y realmente manejan la actividad?

P.M.: Sí, la pobreza y la miseria motivan a muchas personas a prostituirse. Por eso, cuando desaparece la pobreza y la miseria de un país, este deja de ser un paraíso sexual. Yo sólo conozco la situación de Marruecos y puedo decir que allí no funciona exactamente como se entiende la prostitución en Europa. A decir verdad, los chicos que se ofrecen a los turistas, no lo hacen como simples chaperos, poniendo un precio a su cuerpo, etc. La cosa funciona de otra forma. Los chicos pretenden hacer creer al turista que lo hacen por gusto, que para ellos no se trata sólo de un contacto sexual, sino de una relación humana y sentimental. El objetivo es mantener la relación todo el tiempo que sea posible. No piden nada a cambio, pero se supone que los turistas tienen que ser generosos con ellos y hacerles regalos o incluso darles ciertas cantidades de dinero, pero no por sus favores sexuales, sino por simpatía personal, ya que se supone que ambos practicaron el sexo por gusto, etc. Así es como funciona el turismo sexual gay en Marruecos. No como un comercio, sino como un asunto de relaciones humanas. Los chicos, por tanto, no se consideran a sí mismos prostitutos ni quieren ser considerados como tales. El objetivo final de cada uno es que te enamores de él y lo lleves a tu país. Por otro lado, creo que a los chicos suele gustarles lo que hacen. Suelen ser bisexuales y disfrutan tanto con hombres como con mujeres. Es decir, no tuve la sensación de que el sexo fuera para ellos una esclavitud o una imposición desagradable.

PREGUNTA: ¿Y en el caso del turista sexual? ¿Realmente viajan solo por el morbo, la adrenalina o la depravación, o hay algo más?

P.M.: Pues ignoro la motivación del turista sexual en general, pero creo que va buscando satisfacer una necesidad que no consigue satisfacer en su propio país: sexo abundante y barato.

PREGUNTA: Hemos estudiado el caso del turismo sexual en lugares como Tailandia, un lugar donde, a cada paso, el turismo sexual está presente. ¿Ocurre lo mismo en Marruecos? ¿Es necesario buscar a conciencia esta actividad o llega sola al turista, casi de forma esporádica?

P.M.: Ignoro cómo funciona el turismo sexual en Tailandia. En Marruecos conozco el turismo sexual gay (ni siquiera el hetero, si es que existe). Como dije antes, el turista no tiene que molestarse mucho en buscar, ya que los chicos aparecen enseguida que detectan a un homosexual. Y un homosexual se delata con una mirada. En Marrakech, sobre todo, basta con una simple mirada (a veces ni siquiera intencionada) para que un chico te siga, si te cruzas con él por una acera. Por la noche, sobre todo, las calles y la Plaza Djemaa el Fna están llenas de chicos que han salido en busca de posibles clientes. Muchos de ellos tienen la costumbre de tocarse la bragueta al ver venir a un homosexual para insinuarse. Y algunos cometen la osadía incluso de mostrarte su pene cuando pasas a su lado por una avenida o si estás sentado a su lado en un café. Es asombroso, pero estas cosas ocurren. Aparte de adolescentes y tipos maduros, también hay púberes, niños de 12, 13 o 14, que se insinúan a los turistas. En Marrakech, el barrio de Guèliz está habitado por muchos turistas y es habitual que los chicos llamen a las puertas de los apartamentos con la excusa de pedir un vaso de agua o un cigarrillo... Esa es su manera discreta de ofrecer sus servicios sexuales.

PREGUNTA: Una fuente cercana nos contó que, si vamos a la zona alta de Montera, podremos ver a muchos marroquíes jóvenes dispuestos a tener relaciones sexuales a cambio de dinero. ¿Crees que en los últimos años la situación se invertido, es decir, son estas personas, que condicionados por la necesidad, tienen que viajar a España para proporcionar este servicio?

P.M.: En este momento la prostitución masculina en España es ejercida sobre todo por rumanos, búlgaros y otros países del Este. Eventualmente puede que haya también marroquíes, pero no son muy habituales. Los marroquíes cambian radicalmente cuando salen de su país y se establecen en Europa. Ignoro la razón pero esto es así.


Acceder al reportaje Destino: turismo sexual