CARTA AL SR.
CATALÁ CHANA, ALCALDE DE BENIDORM
Por
Pedro Menchén
Benidorm, 8 de agosto de 1986
Sr. Catalá Chana
Alcalde de Benidorm
Muy Sr. mío:
Soy vecino de esta localidad y le
escribo después de meditarlo mucho, ante la imposibilidad de resolver el
problema que me preocupa por otros cauces.
No
es, como podrá pensar, un problema personal, sino comunitario, y antes de nada
quiero advertir que no trato de hacer crítica contra nadie, sino, en todo caso,
colaborar, como ciudadano demócrata, en la solución de tantos problemas que en
la vida cotidiana a todos nos afectan.
Como
usted bien sabrá, la pasada primavera se iniciaron
unas obras en la zona alta del Rincón de Loix para instalar nuevas farolas que
sustituyeran a las viejas. Las nuevas farolas han sido instaladas y, por
supuesto, iluminan las calles espléndidamente por las noches, cosa que es de
agradecer y desde aquí yo le agradezco, ya que ello repercute en la seguridad
tan necesaria para los ciudadanos. Como es de rigor, para instalar dichas farolas
hubo que hacerse previamente ciertas obras con objeto de cubrir el tendido
eléctrico necesario. Se cavaron zanjas y se vaciaron camiones de grava y de
arena para ejecutar las obras. Pero he aquí que una
vez que las farolas fueron instaladas los albañiles se fueron y dejaron todo
sin concluir. Muchas zanjas siguen abiertas todavía en medio de la acera, con
el peligro y las molestias que ello entraña para los ciudadanos, los montones
de arena están, como quedaron, en medio de la calzada y los coches pasan sobre
ellos esparciéndolos o solidificándolos, los huecos que quedaron al ser
retiradas las farolas viejas siguen sin cubrirse (incluso de alguno de ellos
todavía asoman los cables) y los escombros yacen en el mayor abandono por
doquier, sin que nadie (servicio de limpieza o albañiles) muestre el menor
interés por retirarlos. Al principio mostré paciencia y resignación ante tal
abandono (propio de un país tercermundista), creyendo que algún día alguien aparecería
por estas calles, remataría las obras y retiraría los escombros, pero pasó el
tiempo, casi dos meses, y entonces comprendí que se habían olvidado
definitivamente del asunto. Me personé en las oficinas del coordinador de obras
públicas del Ayuntamiento, le pregunté a un señor que me recibió si era él el
encargado de dichas obras, me dijo que sí, aunque un poco ambiguamente, tomó
nota de todo lo que le estoy contando, advirtiéndole que era una pena que ahora
que venía tanta gente viera en tal estado la ciudad y me fui de allí satisfecho
de haber cumplido con mi deber de ciudadano.
Sin
embargo, ha pasado más de un mes desde que fuera al Ayuntamiento y todo sigue
exactamente igual. El turismo ha llegado en masa a nuestra ciudad y la gente
sortea como puede las zanjas o los montones de arena. Nadie se queja, nadie
viene a arreglar esto y yo me lleno de vergüenza y de impotencia ante tanta
negligencia y tanta inoperancia. Todo esto que le cuento ocurre en las calles
de Londres, de Estocolmo y paralelas (no puedo decirle sus hombres ya que lo
ignoro porque ninguna de ellas tiene rótulo). La calle de Estocolmo deduzco que
se llama así porque hay una panadería y una cafetería que llevan el mismo
nombre...
Tal
vez usted trate de justificar lo que le expongo por el hecho de que en la
ciudad están de obras. Pero las obras que le comento no tienen relación con las
que han emprendido la semana pasada en la avinguda
L’Amella de Mar (antigua Carrero Blanco). Son otros albañiles y lo que ellos
están haciendo no guarda relación con las obras abandonadas en las calles que
le menciono. Pero lo cierto es que es inadmisible que unas obras que pueden
terminarse en un par de días queden abandonadas indefinidamente y por meses.
Además, noto una tendencia a esta inoperancia y abandono por otros muchos
ejemplos de obras anteriores. Sé de sitios donde algunos montones de arena
vaciados para hacer obras han quedado completamente sedimentados, como es el
caso de uno que hay enfrente de la cafetería “Black Paco”, en la acera del
hotel Calypso (¿calle Gerona?).
Espero,
señor alcalde, que tome usted las medidas pertinentes para resolver estos
pequeños asuntos o que sustituya de su puesto a personas poco interesadas en
sus obligaciones.
Soy
socialista, como ustedes, y creo en la bondad humana, pero debo decirle que
estoy dispuesto a hacer un reportaje fotográfico y mandarlo a la prensa local,
regional y hasta nacional si tal abandono persiste.
Sin
nada más, le saluda attmente,
Pedro
Menchén
P.S.
En la parada de taxis del Rincón de Loix (antigua Carrero Blanco), un pequeño
montón de arena, justo al lado de la cafetería Albatros, también ha sido
abandonado en las recientes obras y se está sedimentando. También en la parte
de atrás de los edificios de Playmon Park he podido observar que la línea que
siguen las farolas allí instaladas, es decir la zanja abierta en el asfalto
alquitranado para cubrir el tendido eléctrico, ha sido rellenada con cemento
poco consistente, en vez de alquitrán como corresponde. Tal cemento se está
desmoronando o se hunde con el paso de los coches y ya puede imaginarse todo lo
demás.
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[Esta carta, por supuesto, no obtuvo
respuesta. Tampoco incidió en la situación descrita; es decir, nadie acudió a
rematar las obras ni a retirar los montones de arena abandonados en la calzada.
Cuando llegó el otoño, las lluvias torrenciales disolvieron algunos de dichos montones
llevándose la arena cuesta abajo y esparciéndola por la vía pública. (N. de P.M.)].